Foz de Benasa

DIFICULTAD: Zona abrupta, en tramos con maleza y si hay agua llevar botas de media caña.

IDA Y VUELTA: 3 horas

DESNIVEL: 270 m.

DISTANCIA: 8, 5 km.

TRACK GPS

"Ahora solo quiero   volar,

rendirme no puedo,   no sé,

tan cerca y tan lejos,   volar, volar  "
Vendetta

Diciembre 2014

Los espacios entre las paredes comenzaron a estrecharse y las orillas del río eran más salvajes conforme nos acercábamos al corazón de la foz. Las pozas por las que avanzábamos eran una miríada de tonos azul, jade, zafiro, esmeralda y turquesa y la vegetación una maraña de verdes que hacían que aquel lugar brillara como si fuera un puzle de joyas refulgentes. (Germatore)

Foz de Benasa.

Hoy nos adentraremos en la foz de Benasa, cercana a Navascues. Una zona poco transitada y de gran valor ecológico. Para hacerlo, nos hemos calzado unas botas de agua, ya que hay varios tramos donde hay que cruzar el pequeño río que cincela estas paredes.

Interisor de la foz.

Nos dirigimos desde Lumbier a Navascues y unos 300 metros antes de llegar al pueblo, veremos una pista a mano derecha que se interna en un área de recreo. Dejamos el coche en el parking y comenzamos a caminar por la pista. Enseguida llegamos al área de recreo donde hay que cruzar un puente metálico.

Cruzamos este puente.

Seguimos el camino que pasa junto a un merendero equipado con mesas y barbacoa.

Merendero en el camino.

El camino se divide en dos y continuamos por la derecha para cruzar el río.

Tomamos el camino de la derecha.

Cruzamos el río por aquí.

En poco tiempo llegaremos a la reserva natural. Continuamos por el interior de la foz. Las paredes se erigen sobre nosotros formando un estrecho desfiladero.

Siguiendo la senda, llegamos a la reserva natural.

Y ascendemos por el cauce.

Una vista atrás.

Una vez en el interior de la foz, las paredes se separan, formado un pequeño valle, fruto de la erosión. Por el fondo de esta quebrada discurre el río dando saltos entre las pozas. Avanzamos por un estrecho sendero paralelo al río.

El camino se hunde bajo las paredes.

De uno y otro lado del cañón.

Seguimos junto al río.

Entre pozas y saltos de agua.

Cruzamos el río varias veces y en el camino veremos cascadas y pequeñas pozas junto a los arboles y piedras cubiertos de musgo y líquenes.

Seguimos por la senda.

Contemplando todo lo que nos rodea.

Cruzando el río en algunos tramos.

Sobrevolando una y otra cascada.

Llegaremos a un punto en el que el camino se divide en dos. Uno avanza un tramo remontando el río, acaba sepultado entre la maleza lo que nos obliga a seguir por el cauce hasta llegar al pie de las colosales paredes. El otro más limpio y marcado asciende a la parte alta de este cañón.

El desfiladero se estrecha y se ensucia de maleza en este tramo.

Y nos lleva a una nueva poza.

Al llegar al pié de las paredes regresamos hasta el desvío.

Regresamos hasta el desvío para ascender a la parte alta de la foz y seguimos la senda que asciende en fuerte pendiente.

Subimos por esta cuesta.

Que nos conduce hasta la parte alta de la foz.

Al llegar a la parte alta, veremos a mano derecha una escarpada cresta que nos ofrece buenas vistas de este paraje.

Primer plano.

Segundo plano.

Adolfo al filo de lo imposible.

Continuamos camino, la nieve hace acto de presencia y las rapaces despiertan de su letargo.

Nieve en el camino.

Parte alta de la foz de Benasa.

Continuamos por el lecho seco del río hasta que desaparece la senda y regresamos por el mismo camino.

Continuamos por el lecho del río.

Hasta que parece que termina.

POR : MISTIKATIUSKOS

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